El mundo feliz que Huxley describe, es uno en el que las personas no nacen sino que se fabrican en un laboratorio, y se condicionan para que acepten el destino que a cada uno le corresponde. Desde ser de clase alta hasta ser un minero o un campesino, todos están bien con quiénes son y no pretenden avanzar en la escala social.
Es un mundo en el que el placer es lo más importante, y en el que no existen los vínculos emocionales porque nadie es de nadie y al mismo tiempo todos son de todos.
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